“El más completo es Urán; pero como Merckx, sólo Merckx”
El hijo del mejor ciclista de la historia habló de su primera experiencia en Colombia.
Hay nombres que quedaron unidos a la historia del deporte, Pelé en el fútbol, Muhammad Alí en el boxeo, Michael Schumacher en el automovilismo, Usain Bolt en el atletismo, Roger Federer en el tenis, Michael Jordan en el baloncesto y, por supuesto Eddy Merckx en el ciclismo.
Curiosamente casi todos estos nombres han tenido un heredero en el mismo deporte, con mayor o menor suerte. En el caso de Pelé, su hijo Edinho fue portero. Schumacher encontró heredero en su hijo Mick y Alí vio como su hija Laila fue una de las mejores pegadoras de su momento.
Merckx es especial. El ‘Caníbal’, como lo llamaban, dejó una estela y una marca muy profunda en el deporte. El belga ganó cinco veces el Giro de Italia, cinco veces el Tour de Francia, una vez la Vuelta a España y tres veces el campeonato mundial.
Adicionalmente, hizo lo que le dio la gana en las clásicas. Coleccionó siete triunfos de la Milán-San Remo, dos Tour de Flandes, tres París-Roubaix, cinco Lieja-Bastoña-Lieja y dos Giro de Lombardía. Entre otras muchas competencias que sin duda lo ubican como el genio indiscutible del ciclismo.
Era demasiada responsabilidad para cargar en las espaldas. Era mucho lo que tuvo que soportar en sus años de pedalista profesional el joven Axel Merckx, quien pronto debió bajarse de la bicicleta con un título nacional de Bélgica, un bronce olímpico y una etapa del Giro de Italia, como sus mejores resultados.
“Yo soy solo el hijo, Merckx es mi padre, el más grande de siempre. Es un honor ser su hijo, pero yo hice mi carrera tranquilo sobre la bici, y también debajo de la bici”, dijo a Zona Cero Axel, quien hoy en día es el director deportivo del equipo Hagens Berman Axeon, uno de los equipos en competencia del Tour Colombia, país que visita por primera vez.
“Fue una experiencia muy buena. Este es un país maravilloso, la gente es muy entusiasta con el ciclismo. Para mí es la primera vez que estoy aquí y estoy muy feliz de haber venido”, explicó.
Para Axel, la forma en que los aficionados colombianos han vivido la carrera es conmovedora. El fervor de los fanáticos es algo que no le resulta indiferente. Ya ha visto este comportamiento de los ‘cafeteros’ en las carreteras del viejo mundo.
“Pasa lo mismo en Europa. En el Tour de Francia o en el Giro de Italia, siempre los aficionados colombianos son muy entusiastas, felices, pasionales, esto es muy bueno para el ciclismo moderno”, enfatizó.
Este fervor es lo que contagia a los corredores, pues Axel admite que son corredores que se le parecen mucho a su padre. Agresivos, siempre en búsqueda de dar el espectáculo a los aficionados.
“Sí. Son ciclistas siempre del ataque. Esto me gusta mucho, no como corredor porque le cae mal a las piernas, pero como espectador siempre es muy bueno”, dijo. Aunque si bien es cierto, son agresivos como su padre, y aunque Axel los señale como las mayores estrellas del mundo, sabe guardar las distancias.
“Yo creo que hoy en día casi todos los más grandes del ciclismo mundial son los colombianos, con Urán, Quintana, Gaviria, ahora con otros corredores como Hodeg, son de un futuro muy grande para el ciclismo colombiano. El más completo puede ser Urán, pero como un Merckx, solo Merckx”, afirmó.
El factor que hacía diferente a su papá, en especial con los corredores de hoy en día que se dan el lujo de escoger fechas en el calendario, es que nunca corría por el solo arte de rodar en bicicleta. Siempre quería devorar a sus rivales, ese hambre de victoria le ganó el apelativo del ‘Caníbal’.
“Mi papá estaba en competencia siempre, todo el año. Desde el mes de enero, hasta diciembre. Siempre en carrera, siempre a ganar, su pavé, su contrarreloj, su montaña, en sus embalajes, siempre adelante. Corría para ganar las 125 cosas de la temporada. No necesito decir más”, argumentó.
Axel es un tipo de carácter apacible, mientras hablaba, con orgullo de su padre, cerró la conversación con un sorbo a un pequeño vaso de cafe. Sin duda que para él, el grano colombiano es como su padre, el mejor del mundo. “Sí, muy bueno”, dijo.